El bruxismo es una actividad oral parafuncional que se da al rechinar los dientes y apretar la mandíbula, lo cual puede generar un desgaste dental considerable y se conoce como la enfermedad de las personas estresadas.

Hay dos tipos de bruxismo: del sueño (rechinar los dientes y apretar la mandíbula durante el sueño) y despierto (rechinar y apretar los dientes durante el día).

Los síntomas incluyen dientes desgastados, dolor, trastornos del sueño, dolores de cabeza, dolor en el cuello y la cara, entre otros.

Las causas del bruxismo son diversas, aunque se pueden destacar el estrés y la ansiedad, trastornos respiratorios del sueño, efectos secundarios de ciertos medicamentos, fumar, beber y malos hábitos bucales, entre otros.

Si no se toman medidas, el bruxismo puede causar graves riesgos para la salud, como dientes agrietados y desgaste, así como trastornos de la articulación temporomandibular y dolores de cabeza crónicos.

Existen diversas opciones médicas para tratar el bruxismo. Una de ellas es el protector dental nocturno, que es una pieza de plástico que se coloca en la boca para proteger los dientes durante el bruxismo. Otra opción es la inyección de bótox en la mandíbula, que relaja los músculos y reduce el movimiento de la mandíbula. Además, reducir los niveles de estrés y ansiedad puede ayudar a disminuir el bruxismo, y para ello se pueden buscar métodos de control del estrés con la ayuda de un psicólogo.

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